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Por: Federico Velio Ortega Delgado
III Informe de Gobierno de Alejandro Navarro: cuando “la Atenas de por acá” confunde “lo grandote con lo grandioso”
Decía el escritor Jorge Ibargüengoitia que los de “Pedrones”, como llamaba a León en sus obras “Estas ruinas que ves” y “Las muertas”, “confunden lo grandote con lo grandioso”. Y lo hacía para hacer fina burla de una ciudad industrial con obras urbanas convencionales, presumidas para opacar a su eterna competidora, la ciudad de “Cuévano”, también definida como “La Atenas de por Acá”, como llamaba a la capital del estado.
Alejandro Navarro y Samantha Smith armaron un espectáculo mediático no visto en la política cuevanense: en una pasarela, cual dos presentadores de televisión. Videos y música, apuntador y luces. Maquillaje y vestido impecable ella; traje entre causal y formal, él. Con una guía en pantalla.
Previamente, decenas de elementos de seguridad cuidaban el acto. Revisaron cajuelas de los autos y estaban cerca de cualquier sospechoso (sobre todo si llevaba algún paquete). Los agentes trajeados o uniformados saturaban el espacio de un acto diseñado “para pocos invitados”.
Esta vez hicieron a un lado los espacios formales del centro histórico. Ni el teatro Juárez ni el Cervantes fueron ese escenario clásico del ceremonial político de un informe de gobierno.
La pandemia permitió que una desgarbada y lodosa unidad deportiva de La Yerbabuena fuera el escenario, bajo una moderna carpa pletórica de tecnología: pantallas, bocinas y luces, con un mar de teléfonos celulares y las transmisiones por las redes sociodigitales.
Ahí estaban el gobernador Diego Sinhué Rodríguez, diputados y senadores electos, regidores y medios de comunicación. También estaban los ricos del pueblo ligados a los azules: los Webb y los Marcoccio, los mayormente beneficiados por la obra pública del gobierno navarrista.
Tras el video con datos e imágenes, Alejandro y Samantha subieron al escenario, como rockstars o como los presentadores de los Premios Eres o pasarela de los Óscares. Se turnaron para hablar de valores y familia, para decir que hallaron “una ciudad abandonada” que ellos rescataron “para impulsar el Guanajuato que queremos”. Aquello fue un mitin plagado de frases motivacionales, una suerte de mezcla de Alex Day con Miguel Ángel Cornejo
Y ahí estaba ese Guanajuato que quieren: el presumir la aprobación de solicitud de préstamo para la construcción del “Nuevo Museo Internacional (sic y re sic) de las Momias de Guanajuato. Fue el único momento de aplausos intermedios. El panismo cuevanense y sus compinches celebraron lo que consideran irreversible.
Destacaron en el video, en el “mitin” y luego en el mensaje de cierre del gobernador Rodríguez, la ampliación del nuevo distribuidor vial de la glorieta Santa Fe, la urbanización de la avenida Santa Fe y el anuncio de la vialidad Cervera-las Teresas, entre otras obras en el sur del municipio, la parte “nueva” de la ciudad.
La pléyade de trajeados y mujeres de pulcros vestidos y discretas zapatillas fue testigo de los testimonios de hombres de sombrero y mujeres de rebozo y mandil de colonias y comunidades que agradecían al gobierno municipal los favores recibidos: calentadores solares, apoyos para pequeño negocio, caminos y demás. Que no se dijera que el pueblo llano no estuvo ahí (al menos hizo presencia en video y se veían muy bien).
Alejandro y Samantha presumieron sus logros en materia de seguridad pública, de protección civil, lucha contra el acoso callejero y protección a los animales, así como de reactivación económica. Explicaron que “el Guanajuato que queremos” es para tener “una zona urbana más moderna y más competitiva” para el “destino colonial” que es la ciudad de Guanajuato.
No hubo menciones a programas culturales. No destacaron la presencia de las universidades (a pesar de que Cuévano es “univerciudad”). Como si no existieran la “colmena legendaria” ni las escuelas normales ni la Pedagógica Nacional ni los planteles privados.
Tampoco hubo mención a inversión para festivales culturales ni obras para mantenimiento y restauración de espacios y edificios que son emblema de esa Atenas de por acá.
No: ahora son las gráficas de los grandes puentes y avenidas del sur, de una economía moderna con empleos modernos, gracias a que empresarios externos invirtieron dos mil 700 millones de pesos.
Es el Cuévano de lo grandote, que deja atrás al Cuévano viejo y apostillado. Por eso las momias estarán en un lugar moderno, rodeado de empresas modernas, en una ciudad moderna con un alcalde moderno.
Por eso el informe no podía ser en algún lugar o edificio del Centro Histórico: ahí no son modernos.
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