Roma (21 abril 2025).- En sus doce años de pontificado, Francisco siempre se manifestó a favor de los pobres y contra el cambio climático y las guerras además de haber impulsado varios cambios en la Iglesia para permitir una mayor transparencia, especialmente a nivel financiero, evitar los abusos de menores y dar un espacio más importante a las mujeres.
Y seguramente ahora, después de su muerte ocurrida este lunes, tras su reaparición pública en Semana Santa luego su internación, él habría querido que todos estos hechos importantes de su pontificado fueran nuevamente evidenciados, no por él sino para que la gente no se olvide que la Iglesia debe seguir dando pasos adelante.
El 13 de marzo de 2013, a los 76 años, el ex arzobispo de Buenos Aires y cardenal Jorge Mario Bergoglio fue elegido como máxima autoridad de la Iglesia católica. Optó por llevar el nombre de Francisco, en memoria de Francisco de Asís, un santo muy respetado por haber dedicado su vida a los pobres y al ambiente.
Primero en la historia
Francisco fue el primer Papa jesuita de la historia de la Iglesia y el primer latinoamericano, además de ser el primero que eligió llamarse Francisco. Características que lo transformaron en centro de atención de todo el mundo, pero también de muchas críticas de parte de los sectores más conservadores de la Iglesia que a lo largo de los años lo consideraron una suerte de “Papa comunista”, como han dicho algunos de ellos, en especial de la Iglesia estadunidense, porque se ocupaba demasiado de los pobres.
«Mi gente es pobre y yo soy uno de ellos», dijo más de una vez según los datos biográficos difundidos por el Vaticano. Así explicaba también por qué decidió irse a vivir, siendo Papa, a un simple y pequeño departamento en Casa Santa Marta, dentro del Vaticano, donde residió todos estos años, dejando el lujoso palacio y departamento papal donde habían vivido los otros pontífices.
Jorge Mario Bergoglio nació en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, en el seno de una familia emigrada del Piemonte (región del norte de Italia). Su padre, Mario, era un contador de la empresa de ferrocarriles de Argentina y su madre, Regina, era ama de casa y se ocupaba de la educación de sus cinco hijos. Vivían en el barrio Flores de Buenos Aires.