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Las intensas precipitaciones de los últimos días en Japón provocaron el desprendimiento de una colina este sábado por la mañana.
Una fuerte marea de lodo y escombros fluyó hasta la localidad de Atami, en el suroeste de Tokio.
Las autoridades niponas han elevado el nivel de alerta al máximo por el riesgo a nuevos aludes, mientras ya se temen dos muertos y los rescatistas intentan hallar al resto de desaparecidos.