León ha hecho la mitad de la tarea frente a su gente. En el juego de ida de la final se va con una ventaja de 2-0 (goles de Peña y Boselli) sobre las Águilas del Ámerica. El partido se caracterizó por el alto ritmo de juego y por las ocasiones de gol en ambas porterías. En este lance del juego León metió las suyas y William Yarbrough salvó a su equipo de recibir gol. Una final que dignifica el torneo mexicano.
En los primeros minutos la final fue intensa, pero pronto la Fiera metió el primer zarpazo: un centro sin opción de Magallón fue rechazado al centro por Mosquera; Juan Carlos Medina se vio displicente en el control y la presión, el «Gullit» estuvo rápido y con un fuerte disparo venció casi por el centro a Moisés Muñoz. La Fiera se adelantaba 1-0 al minuto 10. América no varió su táctica y poco a poco avanzaba con criterio sobre el arco de Yarbrough.
El duelo se cerró, la lucha en medio campo fue brava y a los azulcremas les faltaba desequilibrio individual para capitalizar su dominio territorial; León esperaba su oportunidad al contragolpe. Ambos equipos reclamaron un penal a favor, pero el silbante no señaló ninguna acción. La primera jugada de peligro para las Águilas se presentó al minuto 29 cuando en un saque de esquina Paul Aguilar encontró el remate de cabeza que sacó Yarbrough al bote.
Los verdes volvieron a disparar a gol. Primero en la ejecución de un tiro de esquina que fue rematado, luego una mala entrega en la salida americanista y que Boselli no pudo aprovechar, después un disparo de Matías Britos al primer poste que Muñoz rechazó a córner. América respondió con un disparo de Miguel Layún. Los dos equipos corrían todos los sectores de la cancha y se daban duelos individuales entre jugadores de ambas escuadras. Sambueza se mostraba acelerado en su juego y fue amonestado casi al terminar la primera etapa.
En el segundo lapso América entró con nuevos bríos y dominó el encuentro los primeros minutos. Dos buenos disparos azulcremas hicieron que Yarbrough volviera a emplearse a fondo. El primer tiro fue de Osvaldo Martínez y el segundo de Jiménez. Los verdes empezaban a comprometer pases, principalmente de sus centrocampistas y de a poco, América empujaba nuevamente al León contra su cancha, trabajaban el partido poco a poco.
Al 68 Rubens Sambueza taladró la zaga por la izquierda, se metió hasta el fondo y el centro forzado no lo pudo meter Luis Gabriel Rey por la soberbia barrida de Edwin Hernández. Los esmeraldas respondieron por conducto de Britos; el uruguayo disparó de manera forzada, pero Muñoz hizo una gran desviada. Sambueza volvió a aparecer por la izquierda y el centro fue contenido por Yarbrough con bastantes dificultades. Cuando parecía que América conseguiría el empate, los verdes cambiaron la dinámica del encuentro.
Un ataque del «Gullit» por el centro fue desviado por los americanistas, el balón salió a la posición de Boselli y el goleador dejó entrar el esférico para definir con una sutileza al segundo poste. América dio ingreso a Mina e intentó los minutos finales. La emoción propia del juego generaba incertidumbre en los leoneses, pero las opciones claras de gol de las Águilas no aparecían; Francisco Mina erró un remate de cabeza que parecía sencillo, la única realmente clara. En el último minuto los verdes pudieron sellar la final, pero el travesaño se interpuso.
El árbitro pitó el final y los verdes se van con ventaja que se antoja suficiente para el juego de vuelta. La final resultó en uno de los partidos más intensos del torneo que se inclinó del lado local por la precisión en la definición y los detalles.
LEÓN: Yarbrough, Márquez, González, Magallón, Hernández, Vázquez, Peña, Montes, Burbano, Britos y Boselli
AMÉRICA: Muñoz, Mosquera, Rodriguez, Valenzuela, Aguilar, Layún, Medina, Sambueza, Martínez, Jiménez y Rey.