El gobierno de México exigió nuevamente en el Senado a Estado Unidos que se investigue el presunto espionaje de agencias estadounidenses al presidente Enrique Peña Nieto cuando era candidato, dijo este martes el canciller José Antonio Meade, en una comparecencia ante el Senado.
«Fuimos claros y contundentes al exponer nuestra inconformidad con una visión de la frontera que no corresponde a una zona donde transita el 70% de los intercambios bilaterales. También lo fuimos al exigir una investigación y un deslinde de responsabilidades por presuntos actos de espionaje», señaló el canciller, quien habló ante la Cámara alta para rendir cuentas de la política exterior de México a más de 10 meses de que iniciara el mandato del priista Peña Nieto (2012-2018).
Senadores de los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), principales fuerzas de la oposición, consideraron que la respuesta del gobierno de México ha sido insuficiente y que el caso debió discutirse ante organismos internacionales.
Dolores Padierna, vicecoordinadora del PRD, calificó de «tibia y sumisa» la reacción hacia el presunto espionaje de Estados Unidos.
«El episodio del espionaje no es una anécdota ni un accidente. Es la demostración de la permisividad con la que la actual administración deja operar a las agencias de seguridad norteamericanas y la clara injerencia de Estados Unidos en asuntos internos de nuestro país», dijo.
En su turno, el panista César Octavio Pedroza, secretario de la Comisión de Relaciones Exteriores Europa, señaló que México debió exigir «puntuales explicaciones» como hizo Brasil.
Al respecto, Meade defendió la respuesta de México: «Cuando se viola la ley como en el caso del espionaje, México pide a Estados Unidos no que se den explicaciones. No cabe una explicación frente a una posible violación a la ley. Es que se investigue y que se deslinden responsabilidades. Es un planteamiento serio».
El presunto espionaje de agencias de Estados Unidos hacia Peña Nieto ocurrió en 2012, antes de que el mandatario asumiera el poder, de acuerdo con filtraciones hechas por el exanalista de seguridad estadounidense Edward Snowden.
Según el canciller, las autoridades mexicanas han manifestado su desacuerdo tanto en ese asunto como en temas de seguridad y migración.
Tras darse a conocer el presunto espionaje hace mes y medio, la cancillería mexicana citó al embajador Anthony Wayne para que explicara los señalamientos, en tanto Peña Nieto habló del tema con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, durante una reunión privada que sostuvieron en Rusia.
Meade también trató el asunto a finales de septiembre durante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde defendió el derecho de los mexicanos a la privacidad.
Los senadores de oposición, sin embargo, consideran que México debe tener una respuesta «más enérgica» y exigir más explicaciones a Estados Unidos, como hizo el gobierno de Brasil.
Según las filtraciones de Snowden, la presidenta Dilma Rousseff también fue espiada por funcionarios estadounidenses. La mandataria habló del tema en la ONU, donde se refirió al caso como una agresión a la soberanía de su país.