Danzando, cantando, de rodillas o en bicicleta comienzan a concentrarse hoy miles de peregrinos en la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México para venerar y cantar a primera hora de mañana las tradicionales «mañanitas» a la Virgen morena por el 482 aniversario de sus apariciones en este lugar.
La Basílica de Guadalupe, uno de los principales santuarios de la Iglesia Católica, espera recibir este año más de seis millones de feligreses de todo el territorio mexicano y algunos países centroamericanos.
Las bajas temperaturas de la madrugada y la mañana de este miércoles «no han frenado» a hombres, mujeres, adultos mayores, jóvenes y niños dispuestos a llegar a la Basílica.
De acuerdo con el responsable del área de atención médica, en los últimos cuatro días han sido atendidos más de un centenar y medio de peregrinos, principalmente por deshidratación, baja presión o descompensación de los niveles de glucosa.
Las autoridades capitalinas esperan que en el transcurso de las siguientes horas lleguen feligreses de los centrales estados de México, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Puebla, Morelos, principalmente, así como de otras entidades incluyendo la propia Ciudad de México.
En el perímetro del santuario fueron instalados dos albergues, uno de ellos en la Estancia del Peregrino, que cuenta con servicio médico, dormitorios, sanitarios, agua potable y comedor.
También existe un operativo especial que desde el sábado pasado se puso en marcha para recibir a los peregrinos, que involucra casi 19.000 agentes de seguridad de la capital y 8.000 de fuerzas federales, según cifras oficiales.
En el exterior e interior del Templo Mariano comenzaron a instalarse poco antes de las 05.00 hora local (11.00 GMT) miles de personas, delimitando su espacio con cartones o improvisadas casas de campaña hechas de bolsas de plástico, mientras que otros sólo van de paso a orar o depositar una ofrenda.
Según la tradición católica, la Virgen de Guadalupe se le apareció al indígena Juan Diego en varias ocasiones a lo largo de 1531, la última el 12 de diciembre de ese año, en un lugar próximo al emplazamiento actual de la Basílica, junto al Cerro del Tepeyac.