CELEBRAN CONSUMACIÓN DE INDEPENDENCIA CON CONCIERTO

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Por: Federico Velio Ortega Delgado

Al pasar por el puente de San Francisco,

el demonio de un fraile me dio un pellizco;

y mi madre me dice, con gran paciencia:

“deja que te pellizque su reverencia”.

Al ritmo de ese viejo son centenario, interpretado por la Orquesta Típica de León, una pareja de bailarines del Ballet Folklórico de la Casa de la Cultura “Octavio García Frausto”, con vestimenta chinaca, fue celebrado el bicentenario de la Consumación de la Independencia de México en la legendaria Plaza de Gallos.

Una treintena de invitados, más reporteros y personal técnica, con Nora Delgado, directora de Fomento Cultural y Patrimonio del Instituto Cultural de León, y el cronista de la ciudad, Luis Alegre, como anfitriones, fueron testigos de una ceremonia sencilla, sin debates ideológicos, sólo la referencia al recuerdo de una fecha que ha pasado casi desapercibida por los gobiernos.

En la Plaza de Gallos, donde se apostaba la vida, había cine y teatro y donde Francisco I. Madero dio su histórico discurso antirreeleccionista en marzo de 1910, el festejo inició con la Marcha de Zacatecas, prosiguió con otra polka: El ferrocarrilero. Luego vendría música y danza con el son “Al pasar por el puente de San Francisco” y el chotís “¿Quién al gachupín humilla?” y nuevamente un son con “Viva la guadalupana”, con El Paliacate y el huapango de Moncayo concluyó el concierto.

Entrevistado al final del acto, el cronista Luis Alegre resaltó que así como el pueblo de León recibió con gusto a las fuerzas insurgentes en 1810, se sumó al proceso de independencia en 1821. Considera que eso se debió a que concebían a un líder, Agustín de Iturbide, con una propuesta clara de religión, independencia e igualdad.

Todos ansiaban la paz y la unión y por eso no hubo oposición en el pueblo. Precisó que León se adhirió al Plan de Iguala un mes después de su promulgación.  León fue parte del primer territorio formalmente libre de la Nueva España, afirmó, y ya en 1820 el propio Iturbide reconocía la identidad de nación y el afán libertario de los guanajuatenses.

Había una inquietud por la paz, que se manifestó en préstamos de dinero, armamento y el envío de 300 milicianos a integrar al ejército trigarante. Fue una campaña con pocos enfrentamientos, con muy poca sangre, prosiguió.

Al consumarse la independencia, añadió, se mantuvo el acuerdo tácito, como en toda la intendencia, de mantener a los integrantes del cabildo y tuvieron la motivación de tener voz en las cámaras.

Sólo el Jefe de Armas de León y Marañón, el Intendente de Guanajuato se opusieron, pero no pelearon con la causa; al primero le permitieron retirarse a Querétaro y el segundo continuó en su cargo.

Ya desde julio de 1820, el Jefe Político de León, al sumarse a la causa independentista, manejaba el concepto de Patria.

De esa manera, con una sencilla, pero significativa celebración, se recordaron los 200 años de una consumación que todavía habría de dar pauta para la reconfiguración del sentido de patria en un virreinato católico, inmerso en una disputa entre republicanos y monarquistas y liberales y conservadores.

La música liberal sobrevivió a los siglos para recordar el espíritu crítico hacia el clero pro realista:

150 reales daba una vida,

sólo por la sotana de cierto cura, de cierto cura.

Y el cura le responde, con gran contento:

que toda la sotana, siendo pa’dentro, siendo pa’dentro.

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