México triplico la compra de armas a Estados Unidos en esta “guerra contra el narcotráfico”.
De acuerdo con cifras oficiales del gobierno norteamericano, las importaciones pasaron de 14 millones de dólares en 2007, a 45 millones de dólares para el año 2012. Este aumento colocó a México como el importador número uno en América Latina.
Una investigación de Noticias MVS, primera emisión, reveló que nuestro país superó a países como Irak y Afganistán, cuyas poblaciones han sufrido las consecuencias de invasiones por parte de Ejércitos extranjeros.
Al cierre del año 2012, las ventas en Colombia, Chile y Brasil, juntas, fueron equiparables a las importaciones a México. Esas tres naciones, adquirieron armas por 50 millones de dólares y México gastó 45 millones de dólares.
Estas importaciones legales incluyeron armas militares en general, revólveres, pistolas, municiones, morteros, cuchillos, bayonetas y lanzas.
El actual gobierno de Enrique Peña Nieto calcula en 70 mil el número de muertes relacionadas con la delincuencia organizada en el sexenio anterior.
El nombre de las armerías y de las grandes empresas que vendieron armas a México está reservado o, en su caso, clasificado como confidencial.
En el sistema de rendición de cuentas mexicano no aparecen, pues se considera que pondría en riesgo la seguridad nacional.
Por su parte, Estados Unidos solo difunde cifras respecto a las importaciones de armas, pero tampoco da referencias sobre las industrias involucradas.
En cuanto al tráfico ilegal de armas las estimaciones varían: un estudio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dice que 20 mil de ellas entran a México cada año desde Estados Unidos, con ganancias superiores a los 20 millones de dólares.
En contraste, un estudio del Instituto Transfronterizo de la Universidad de San Diego señala que al menos 253 mil armas llegan de manera ilegal a nuestro país cada año, lo que representa un ingreso de 127 millones de dólares anuales.
En abril de 2013, la Asamblea General de la ONU aprobó el Tratado de Comercio de Armas, que prohíbe transferir armas convencionales a otros países, si se tienen conocimiento de que se utilizarán para cometer genocidio, crímenes de lesa humanidad o crímenes de guerra.
Hasta diciembre de 2013, 115 países lo habían firmado y nueve lo habían ratificado, incluidos Estados Unidos y México.
(Con información de Irving Huerta)