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Nueva York (5 Enero 2022).-. La creciente violencia política promovida por extremistas antimigrantes están amenazando con una “guerra civil”, como parte de su estrategia para reconquistar el poder politico nacional.
La amenaza de violencia política, incluso armada, es abierta y explícita, difundida de forma cotidiana en redes sociales, radio, televisión por fuerzas derechistas cobijadas por un Partido Republicano ahora subordinado a Donald Trump y sus aliados.
Las autoridades, desde el Departamento de Seguridad Interna, la FBI y otras agencias de inteligencia y seguridad nacional repiten que la mayor amenaza de violencia “terrorista” en Estados Unidos proviene de fuerzas extremistas estadunidenses, muchas aglomeradas en torno a la supremacía blanca y doctrinas antimigrantes, incluyendo neonazis.
En mítines y comunicaciones de estas fuerzas prevalecen símbolos y referencias racistas, como la bandera de la Confederación pro-esclavista de la primera Guerra Civil, junto con imágenes y consignas neofascistas. Muchas fueron portadas por algunos de los que participaron en el asalto al Capitolio el pasado 6 de enero.
“Parece que una guerra civil será inevitable” y “tendremos guerra civil en las calles antes de que Biden sea presidente”, fueron algunas de las múltiples versiones de este tipo de mensaje que inundaron las redes sociales al culminar la elección presidencial de 2020.
Según una nueva investigación de ProPublica y el Washington Post, más de 650 mil mensajes de este tipo fueron subidos a Facebook amenazando con guerra civil, ejecuciones de políticos (incluido el vicepresidente de Trump y la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes) y otro tipo de violencia, entre el día de las elecciones presidenciales, a principios de noviembre, y el 6 de enero con el asalto al Capitolio.
Esos mensajes no han cesado, a más de un año de los comicios, mientras Trump y una mayoría abrumadora de republicanos –entre ellos varios legisladores– siguen promoviendo la versión de que Joe Biden ganó por un gran fraude en el cual participaron indocumentados.
La mayoría de republicanos, según encuestas, rechaza que el asalto al Capitolio haya sido un acto ilegal, y considera en cambio que fue una protesta legítima contra “la tiranía”, e incluso contra “demócratas izquierdistas radicales”. Algunos, entre ellos legisladores, se refieren a los más de 700 arrestados por su participación en ese asalto en términos de “prisioneros políticos”.
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