Este año la Feria de León no generó las ganancias esperadas por la mala economía y el brote de la influenza.
Los puestos gran parte del día se pudieron ver solos, y apenas el último fin de semana que fue puente, se pudo ver un mayor número de personas en lo que fue ya el cierre.
Al entrevistar a comerciantes, coincidieron en que este año la feria no fue lo que esperaban, “las ventas estuvieron bajas, la gente venía pero no compraba por la mala economía”.
Señalaron que el temor por el brote de la influenza H1N1 también fue un factor para que los leoneses prefirieran quedarse en casa a salvo; no obstante esto fue una causal en los primeros días de la feria.
“En los primeros días las ventas bajaron hasta en un 30 a un 35%, en comparación de otros años por lo de la influenza, pero luego comenzó a llegar más gente y las ventas siguieron sin subir”, señaló Ana Sánchez, comerciante.
Al entrevistar a visitantes en su mayoría familias, los padres de familia comentaron que aunque los precios de la feria eran en su mayoría los mismos del año pasado la situación económica por la que atraviesan no permite que gasten más de la cuenta.
“Vinimos a la feria porque ya es tradición, porque los niños insistían y nos da pena con ellos, pero lo cierto es que estamos muy apretados como creemos que lo están muchas familias, hay mucho desempleo (…) Y bueno nos animamos a venir, pero trajimos comida de casa”.