Cuatro continentes, 16 ciudades, 192 carteras perdidas. Esta es la fórmula básica para de un experimento reciente de la revista Reader’s Digest.
Los reporteros de la revista abandonaron las carteras en parques, banquetas y cerca de centros comerciales en ciudades de todo el mundo, desde Nueva York hasta Mumbai, para ver cómo respondía la gente. Cada cartera contenía el equivalente a 50 dólares (650 pesos), un número de teléfono celular, tarjetas de presentación, cupones y una foto familiar.
¿El resultado más importante? Las personas devolvieron casi la mitad de las carteras: el 47%.
«Si encuentras dinero, no puedes asumir que pertenece a un hombre rico», dijo Ursula Smist, quien devolvió una de las cinco carteras recuperadas en Londres. «Podría ser el último dinero que le queda a una madre para alimentar a su familia», agregó Smist, quien proviene de Polonia. Las otras siete carteras dejadas en Londres siguen perdidas.
Un conductor del tranvía de Zurich, cuyo jefe dirige la oficina de objetos perdidos de la ciudad, se quedó con una de las 102 carteras que sucumbieron a la vieja máxima de «quien se lo encuentra se lo queda». En Varsovia se devolvieron cinco de doce carteras y las siete restantes quedaron en manos de mujeres. La revista concluyó que cuando se trata de determinar la honestidad, no se puede predecir el género ni la edad.
«Para el equipo de Reader’s Digest, el descubrimiento más sorprendente es que la honestidad no es relativa», dijo Raimo Moysa, editor en jefe de Reader’s Digest International Magazines.»Para todas las personas que devolvieron las carteras, era la única forma de actuar en una situación como esa».
«Cuando le preguntaron por qué había devuelto la cartera, una mujer de 30 años de Praga dijo: ‘Es algo que haces naturalmente’. Una mujer de 73 años de Río de Janeiro expresó el mismo sentir al decir simplemente: ‘Porque no es mía'», escribió Moysa en un correo electrónico.
Visita la galería de arriba para ver la clasificación de las ciudades más y menos honestas de Norte y Sudamérica, Asia y Europa (México no fue parte del experimento).