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Por Federico Velio Ortega
Guanajuato, GTO. 17 enero 2022.- El poder desgasta y corrompe. El Partido Acción Nacional (PAN) lo ejerce de manera dominante en Guanajuato desde hace 30 y lo hace con pretensiones absolutistas y un tufo autoritario torpe, burdo y cínico. Se esperaría que las nuevas generaciones tuvieran una práctica política alejada de la moralina de sus ancestros políticos. No sólo siguen siendo molinos: ahora son una burda caricatura de mayoría.
Para muestras hay varios botones, pero comienzo por el más reciente: la determinación tomada en la Comisión de Derechos Humanos (CDH) del Congreso del Estado de que sea un externo y no el presidente de la misma, el morenista David Martínez Mendizábal, quien presida una reunión de trabajo con integrantes del colectivo “Plataforma por la Paz y la Justicia”
La panista Melanie Murillo a propuso (y, a la postre, impuso) que una reunión ordinaria de con el colectivo, solicitada por el mismo, fuera conducida por un moderador externo, “para llevar el orden del protocolo”.
Solicitó que la Secretaría General del Congreso propusiera al moderador, hecho contrario a toda reglamentación parlamentaria. Por supuesto que David Martínez cuestionó la propuesta al sustentar que la norma indica que es función del presidente de la comisión moderar toda sesión, incluidas las de trabajo, y acusó tintes partidistas en el procedimiento, al señalar los antecedentes panistas del secretario Christian Cruz.
Melanie Murillo y su correligionaria Briseida Magdaleno pidieron, fuera del protocolo legislativo, “moción de orden” y ante la falta de argumentos para sustentar su propuesta y para refutar la acusación, optaron por mayoritear a Martínez Mendizábal.
La acción de las diputadas panistas evidencia el desconocimiento de los procedimientos parlamentarios y es ejemplo de una postura pendenciera, de franco desquite y violencia política hacia un representante de la oposición.
David Martínez Mendizábal es de los pocos legisladores con formación académica y política. Sus participaciones en tribuna han sido acertadas y sustentadas, bien documentado y con un tono de bien decir, respetuoso y en ocasiones hasta conciliador.
Con datos y referencias ha ganado debates (aunque no votaciones) en temas que conoce más que bien: pobreza, desarrollo social, derechos humanos y migración. Si alguna observación se le pudiera hacer es la de ser un apasionado ”amlover”, detalle que no le resta méritos, aunque en ocasiones el seguir la línea de defensa a ultranza del gran líder morenista, faro y guía de la 4T, le ha restado contundencia y a veces distrae la atención en torno a algunas de sus participaciones.
Cuando de críticas y protestas se trata, la bancada panista ha sido socarrona con él y con otros opositores. Las y los azules casi no debaten ni refutan (y cuando lo han hecho, han quedado regularmente en ridículo) y a lo más que llegan es lograr al poder ejecutivo estatal (como su contraparte morenista lo hace con el federal).
Ante ese panorama, la sesión de la CDH fue la oportunidad de golpear al morenista. Contrario a la ética, conocimiento y “colmillo” mostrado por los viejos panistas, Melanie aplicó un grosero mayoriteo.
Lo mismo le hicieron otros azueles a la priista Yulma Rocha, presidenta de la Comisión Igualdad de Género, cuando la panista Katya Soto propuso hacer una mesa de trabajo sin diputados. Soberbia e ignorancia pura.
Las acciones gubernamentales del panismo guanajuatense rayan en la prepotencia y la irresponsabilidad y alcanza lo mismo a veteranos con Luis Ernesto Ayala, encerrado en su búnker,rodeado de guardaespaldas, que los no tan veteranos, como a un irresponsable Diego Sinhué Rodríguez que con síntomas de Covid 19 encabeza actos públicos (igual que ysq); igual la indolencia de Alejandra Gutiérrez, que no cancela la Feria de León, o la chacota tictockera del mercantilista Alejandro Navarro y su proyecto de centro comercial disfrazo de museo de momias, por citar varios ejemplos
Autoritario, frívolo e ignorante, el PAN guanajuatense está rancio…y hiede feo.
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