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Guanajuato, Gto. (16 diciembre 2021).- La “clausura” simbólica de la Fiscalía General del Estado, efectuada este viernes, exhibe a un Movimiento de Regeneración Nacional organizado y con capacidad de movilización. Al margen de las etiquetas que el panismo les ponga, el morenismo guanajuatense aprovecha para exhibir al pacto patriarcal de la derecha. De paso, mantienen su bandera antiZamarripa en un tema de seguridad que atañe a estado y federación. Morena, en ese punto, hace su parte de facción.
Fueron más de 500 personas, encabezadas por diputados locales y federales, convocados en menos de una semana por la senadora Martha Lucía Mícher Camarena.
Partieron a la una de la tarde de la caseta de cobro de Cervera y marcharon hacia la entrada principal de la Fiscalía, para colocar el simbólico sello de clausura y exigir la renuncia del “fiscal carnal”, Carlos Zamarripa Aguirre. Es una movilización secuela de reclasificar como abuso sexual la violación sexual con la que una irapuatense acusó a Jorge Romero, diputado federal electo del Partido Acción Nacional (PAN), quien ahora sigue su proceso en libertad.
Las demandas fueron concretas: Malú y Antares quieren que Zamarripa comparezca ante el Senado y Alma Alcaraz exige comparecencia ante el congreso local, pero que no sea puerta cerrada, como pasó con el secretario de Seguridad Pública, Álvar Cabeza de Vaca.
La senadora Malú acusó a la Fiscalía de defender a Romero y a su chofer, quien considera testigo clave y potencial cómplice de las agresiones sexuales a dos denunciantes. Dijo que la Fiscalía carece de un protocolo con perspectiva de género al poner en duda, durante las investigaciones, los testimonios de las víctimas.
La diputada local Alma Alcaraz mencionó que Jorge Romero solicitó favores sexuales a cambio del otorgamiento de becas mientras fue titular del Instituto Estatal de la Juventud, razón por la que solicitó al congreso local auditar a esa dependencia.
Zamarripa no estaba: acudió a Salamanca a participar en el arranque del operativo Guadalupe-Reyes. A menos que le demuestren complicidad con el crimen (y quizá ni así), seguirá en su cargo.
Para Morena, se trata de un trabajo opositor de picar piedra política para ir desgastando a la hegemonía panista e ir construyendo imagen política propia.
Cada sector hizo lo suyo: Malú y su par Antares Vázquez empiezan a tomar una fuerza social que las limitaba en la política partidista estatal. Micher Camarena ha estado a la sombra de Marcelo Ebrard y su escenario ha sido la ciudad de México desde hace tiempo y Antares ha sido desplazada por la familia Prieto, muy cuestionada en el rubro de la honestidad, pero cobijados y santificados por el patriarca, un hombre cercano a un presidente que valor más lealtad que la honestidad.
La bandera que enarbolan es, al margen de interpretaciones sobre partidismo y politización, justa. El panismo guanajuatense ha sido omiso y de doble moral en este ámbito. Baste recordar cómo protegieron al sacerdote Pedro Gutiérrez, fundador y director de la Ciudad de los Niños de Salamanca.
Los casos de violencia de género y violencia sexual afloran en un partido que presume de valores y moral. Esa moralina hace que Guanajuato no tenga leyes que garanticen derechos humanos como el aborto y el matrimonio igualitario.
Sin embargo, es de reconocer que si bien con el PAN en el poder, la violencia sexual resuena más, también en Morena hace “aigre”: en 2014 fue denunciado por acoso sexual el entonces dirigente municipal del partido en León, Gustavo Ramírez Gutiérrez, quien fue echado y sancionado pese a su cercanía con el patriarca Ernesto Prieto.
Bien por las senadoras y diputadas de Morena, pero nos hubiera gustado ver también esa enjundia cuando el exdiputado morenista Saúl Huerta fue acusado de pederastia. La presión política los obligó a quitarle el fuero en el momento más oportuno para que no afectara los procesos electorales de su momento.
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También hubiera sido interesante ver esa enjundia para oponerse a Félix Salgado Macedonio, a quien sólo el órgano electoral pudo quitar su candidatura debido a las denuncias que por abuso y violencia sexual había en su contra. Las morenistas se concretaron en ese entonces a una carta tan tibia como el exhorto que el panismo legislativo de Guanajuato hizo para Jorge Romero.
Los principios deben estar por sobre el partido y los liderazgos.